Estudios Contables

 

Director
Lic. Della Bonna, Luciano

Integrantes

Lic. Riccardo, Ramiro Nicolás
Lic. Bonavita, María Paula 
Justo, Laura Celeste 
Sanchez, Brenda Micaela 
Hermosid, Diego Valentín 
Chiaramonte, María Daniela 
Bonavita, Pablo Martín
Sterba, Javier Ignacio
Scarzo, Silvia 
Bandoni Rocca, María Teresa 
Ávalos, María Alejandra
Moyental, Marcelo Alexis 

 

El año 2020, nos vino a desafiar para que repensemos nuestras prácticas de enseñanza y propongamos nuevas formas de guiar y mediar en el aprendizaje de nuestros estudiantes en un entorno en que la presencialidad no sería el principal modo de encuentro. La experiencia de no cursar en forma presencial durante la pandemia permitió a nuestros estudiantes comenzar a manejar su aprendizaje de manera más autónoma, aunque con bastante resistencia. Es en este contexto, en el que el rol docente, en su tarea central de la enseñanza, de acuerdo a las investigaciones de Gary Fenstermacher (1989), enfatizó su función de permitir al estudiante realizar las tareas del aprendizaje con mayor autonomía. La tarea de la enseñanza, desde la mirada de este autor, se trata de permitir la acción de estudiar y enseñarle cómo aprender.
El profesor no transmite o imparte el contenido. La tarea del profesor consiste en apoyar el deseo de los estudiantes de “estudiantar” (ser estudiante) y mejorar sus capacidades de hacerlo. El profesor más bien instruye al estudiante sobre como adquirir el contenido a partir de sí mismo, del texto u otras fuentes. A medida que el estudiante es capaz de adquirir el contenido, aprende. En estos términos, se ha remplazado la consecuencia del aprendizaje por el perfeccionamiento de la actividad de estudiar como una de las tareas centrales de la enseñanza. En este sentido, Gary D. Fenstermacher señala que:
Hay una gama de actividades vinculadas con la condición de alumno que complementan las actividades de la enseñanza. Por ejemplo, los profesores explican, describen, definen, refieren, corrigen y estimulan. Los alumnos repiten, practican, piden ayuda, repasan, controlan, sitúan fuentes y buscan materiales de estudio. La tarea del profesor consiste en apoyar el deseo de R de «estudiantar» (ser estudiante) y mejorar su capacidad de hacerlo. (Fenstermacher, 1989:5)
Por otro lado, Juan Carlos Seltzer (2002) al investigar la enseñanza de la contabilidad desde una didáctica creativa, señala que, si se interpreta a la enseñanza como la facilitación de los procesos de construcción del aprendizaje, como un proceso dialéctico que surge en la práctica, en situaciones y en contextos específicos, la enseñanza no puede ser comprendida sin considerar sus interrelaciones con el sujeto alumno y la especificidad del contenido en juego. En relación al sujeto alumno, la enseñanza debe considerar sus saberes previos, el contexto social en el cual está inserto, la motivación en relación al contenido a presentar, etc.
En cuanto al contenido en juego deberíamos entrar a definir qué es la Contabilidad y cuáles son los contenidos que merecen ser enseñados.